Alcanzan hasta nosotros, morachos de hoy, los testimonios que ponderan la abundancia de los naturales de esta villa que en el pasado profesaron en distintas órdenes religiosas. En Memoria de Mora hemos destacado los casos señeros del jesuita fray Miguel Hernández (1543-1609), del carmelita fray Francisco de la Cruz (1585-1647) y del franciscano fray Alonso de Biezma (1632-1716). Pero lo cierto es que de la inmensa mayoría de los conventuales morachos no contamos con noticia alguna. Sí sabemos que bastantes de ellos pertenecieron a la orden franciscana, lo que deriva en buena medida de la presencia continuada en Mora de los franciscanos a lo largo de 265 años, desde 1571 hasta 1836, en el convento de San Eugenio. Pero no sabíamos que, entonces y después, algunos habían optado por dedicarse a la labor de evangelización a través de las misiones en Filipinas. Como fray Francisco de la Virgen del Carmen, fray Abundio de Mora-Granados, fray Pedro Antonio Arroyo, fray Patricio López del Campo… Ir a Personas y personajes.
Misioneros morachos en las Islas Filipinas
Mora en la literatura: «Almas de acero» (1904), de José Rogerio Sánchez
Al amanecer el 18 de febrero la caballería capitaneada por el Duque cayó impetuosamente sobre Mora, donde se suponía asilado al francés; mas fue inútil la empresa. Avisado Dijon de que la división española se acercaba, escapó con los suyos a uña de caballo. El de Alburquerque se daba a todos los diablos por no haber podido obligar al francés a entrar en combate, y no quedando allí cosa que hacer, dispuso que los regimientos de España y Pavía y alguna tropa ligera tomasen el camino de Toledo con el fin de atropellar la fuga de Dijon./ Las felicitaciones que de los buenos vecinos de Mora oía el Duque a cada momento por saludar en él a su libertador causaban en su ánimo de militar amargo despecho… Esto escribe José Rogerio Sánchez en uno de los pasajes de su novela Almas de acero, cuando recrea el ataque que sufre Mora en febrero de 1809, durante la Guerra de la Independencia. Ir a Casos y cosas.
El desdichado caso del globo sonda (8 de diciembre de 1905)
No son pocas las menciones de Mora que vamos descubriendo en nuestros habituales paseos por la prensa de los siglos XIX y XX. Las hay muy diversas y curiosas, tan curiosas como la que deseamos hoy dar a conocer a nuestros amigos de Memoria de Mora. Se trata en este caso de una noticia anecdótica, en realidad desprovista de aliciente alguno, pero que tomó vuelo cuando varias apostillas y comentarios le confirieron una dimensión en principio insospechada, y que acabaría poniendo a los morachos en pie de guerra. El hecho sucedió el 8 de diciembre de 1905, y al día siguiente lo recogían los periódicos de Madrid. Ir a Casos y cosas.
Los liberales de Mora y la causa republicana en los años del Sexenio Democrático (1868-1874)
En el marco de la aventura que en 1868 se inicia en todo el territorio español, descubriremos en estas páginas la sólida presencia en Mora de la ideología liberal y de la causa republicana, con referencias de un buen número de morachos alistados a una y otra, y con especial mención del diputado y senador don Juan de Mata Alonso y del notario don Agustín Contreras y Coronel. Nos acercaremos a la situación de la villa en aquellos años y a la vida cotidiana de sus habitantes: la población, las comunicaciones, la actividad económica y política, el gobierno municipal, los servidores públicos… Y conoceremos los principales sucesos y acontecimientos que vivieron los morachos de entonces, con particular atención al expediente sobre los bienes de propios, que hubo de padecer más de medio millar de morachos, y a la guerra y las partidas de facciosos, entre los que se contó un paisano nuestro: Justo Serrano Núñez, alias Sartenilla. Ir a Casos y cosas.
Adoración Millas en la cola del 34
La cola de la lotería, es decir, la fila que se formaba a las puertas del edificio que albergaba el sorteo extraordinario de Navidad de la Lotería Nacional, llegó a convertirse en una tradición madrileña y española. Se trataba de una práctica que —tal como escribía en 1911 el reportero del diario El Imparcial— iniciaron personas que «sin distinción de clases, formaban en la cola desde treinta horas antes del sorteo, pasando privaciones, soportando la inclemencia de los elementos, imponiéndose voluntariamente todo sacrificio por el placer de conseguir luego un puesto en los primeros bancos del salón donde se decide la suerte de millares de jugadores». Una tradición que, sin embargo, fue cambiando por entonces: «Los que ahora figuran en la cola renuncian al placer de presenciar el sorteo. Ellos, que acaso no posean la participación de un mezquino real que mantenga su esperanza de un mediano bienestar, son más positivistas, y solo buscan unas cuantas pesetas por la cesión del lugar que ocupan en la cola». De estos últimos fue Adoración Millas. Ir a Personas y personajes.
Lorenzo Sánchez-Cano, tenor moracho (1911-1978)
Lorenzo Sánchez-Cano figura entre los morachos que fueron ampliamente reconocidos y celebrados en su tiempo, pero cuyo recuerdo se ha ido desvaneciendo hasta el olvido. En consecuencia, recuperar en la medida de lo posible los pasos principales de su carrera artística constituye un tributo obligado a su memoria: la del muchacho que salió de Mora con la ilusión de triunfar en los principales teatros de España y América para convertirse en uno de los más destacados intérpretes del género lírico español, cosa que logró cumplidamente hace ahora tres cuartos de siglo. Razón más que suficiente para acercar su figura, casi cincuenta años después de su muerte, a los morachos de nuestros días. Ir a Personas y personajes.